Bombay (el primer impacto)

por Sergio Torres

No se ni por donde empezar, no se como resumir las pocas horas que han pasado desde que sali de Turquia. La palabra que tengo en mente es impacto.

El viaje en avion fue terrible, os lo tengo que explicar. A mi lado iba Akansha, una chica de Bombay que venia de recorrer durante cuatro meses Europa del Este y que vivia en Singapur trabajando con refugiados Birmanos. Mejor companyia imposile para superar las seis horas de vuelo. Todo iba mas o menos bien, charlando de todo un poco cuando, sobrevolando Paskistan, el avion empezo a pegar unos botes impresionantes. Acojonado seria poco decir para describir mi estado de animo, solo hacia que agarrarme a donde podia, mirar a Akansha con cara de terror mientras ella me decia, calm down, relax, is just the monsoon. Su cara no es que fuera precisamente la de Budha, yo creo que iba un poco acojonada tambien, como el resto del avion. Pero lo peor no habia llegado. Cuando llegabamos a Bombay el capitan pilla el micro y nos dice que el aterrizaje puede ser un poco complicado pues hemos entrado en el corazon de una tormenta monzonica, de las que llegan sin avisar y son un poquitiiiiiiiiin violentas. Fue colgar el micro y el avion empezo a bailar en el aire, tanto que dos azafatas se fueron al suelo mientras yo veia como las alas del avion si ponian practicamente en linea vertical con el cielo. Y entonces fue, en ese preciso instante, cuando me empece a partir el pecho con una cara de loco que ni Jack Nicholson en el Resplandor. Yo no se si fue un minuto, dos o cuatro eternidades, solo se que el avion saco las ruedas y minutos despues habiamos aterrizado en Bombay. No he sentido mayor alivio en mi vida y solo bajar del avion, el suelo y yo nos hicimos uno y por mucho tiempo, bendita comunion.

Una vez pasada la aduana, intercambiados los telefonos y recibidos sus consejos, me despedi de Akansha hasta el jueves que me llevara de copas por lo mas Inn de Bombay. Compre mi ticket de taxi prepago para que me llevaran al centro de la ciudad y alli empezo mi primera aventura. Salgo a buscar el vehiculo y me encuentro con un autentico caos de circulacion y de taxis aparcados impresionante. El que me tenia que llevar al centro tenia un numero en concreto pero los taxis no seguian un orden minimante logico. Ya me veis a mi, a las 4 de la madrugada, mochila a la espalda, papelito en la mano en medio de un atentico caos intentado saber como podia salir de esa. Gente se me acercaba y me querian coger el papel, seguro que con buena fe, pero con lo perdido que me sentia yo no les dejaba ni tocarlo, solo les decia el numero. Hasta que un hombre me indico un coche, si es que a eso se le puede llamar coche. Asi que con la tartana forrada con moqueta de cachemira nos lanzamos a bocinazo limpio por las calles de la ciudad, sin semaforos ni cedas el paso ni nada que me hiciera pensar que no nos ibamos a matar en el siguiente cruce. Supongo que tendria que haberme puesto nervioso, pero despues del momento avion eso me parecia la casa de la pradera version cuatro ruedas. Mas de media hora de carrera que me sirvieron para empezar a experimentar el lugar al que acababa de llegar. Los olores, el caos, las gentes durmiendo en las calles, los puestos de comida callejera, y un sinfin de ingredientes dificilmente asimilables. Una vez en el centro me puse a buscar un sitio donde dormir, pero me perdi callejeando intentando no pisar a la gente que dormia en la calle. Y eso que cada dos por tres pasaba un hotel, pero habia una fuerza en mi que me impulsaba a seguir andando en la oscuridad en medio de toda esa muchedumbre de miseria. Os podeis imaginar el impacto, me senti como hipnotizado por todo lo que estaba viendo y experimentando. No se como llegue al paseo maritimo, a la puerta de Bombay, un monumento en honor a la llegada de los reyes ingleses a la ciudad. Y alli me sente intentando asimilar mientras esperaba ver la salida del sol que se anunciaba tras el cielo encapotado. Poco despues se me acerco un chaval, o mejor dicho, un esqueleto con patas. Me dijo su nombre y que tenia una mujer y un hijo. Empezamos a hablar, y aunque desde el principio tuve claro que lo que buscaba era una comision por llevarme a un hotel de su influencia, me parecio que su mirada era nitida y que, a parte de no representar ningun peligro fisico, lo unico que buscaba era algo para comer. Cuando le di el OK empezamos a movernos por diferentes alojamientos, y unos por caros y otros por demasiado cochambrosos, estuvimos mas de una hora. Fue una hora increible donde vi poco a poco despertar a la gente que estaba durmiendo en la calle, y como todos montaban sus paraditas para intentar vender algo. Fue impresionante y a esas alturas el aroma a incienso ya se habia instalado en mi interior. Cuando por fin llegamos al hotel que me convenia, le di todo el dinero que llevaba en el bolsillo al chico y no pude mas que darle una especie de abrazo, tras el que tan solo encontre un saco de huesos. El chaval casi no podia ni sonreir despues de la paliza que le di buscando alojamiento, pero su mirada lo decia todo.

Despues de dormir un ratito me he lanzado a la calle dispuesto a absorber cual esponja el nuevo mundo que me rodea, pero acabando el dia me he declarado incapaz ni tan solo de hacer una foto. Y es que voy de impacto en impacto, de sorpresa en sorpresa, y necesitare tiempo para ir asimilando todo. Eso si, he salido victorioso de mi primer contacto con la burocracia india, y, depues de un buen rato luchando por entender el funcionamiento de la estacion de trenes mas congestionada del mundo, he conseguido comprarme lo equivalente a un Bonotren para ir manyana a visitar a la ONG Sonrisas de Bombay. Una nueva aventura que me espera solo despertar, otro aliciente para el viajero que os escribe desde un cubiculo minusculo, encajonado entre ordenadores, donde he tenido que rellenar una ficha con mis datos personales e de identificacion solo para poder utilizar este ordenador. Y es que esto es otro mundo, un mundo nuevo por descubrir.

Y empapadito de cabeza a los pies con unos tres chaparrones monzonicos, secandome sin quererlo por enesima vez, os puedo asegurar que lo que he vivido hasta ahora, las pocas horas que llevo aqui, no las olvidare en mi vida.

Muchos abrazos.