Dia 4: Lantang (3400) – kyanjin Gompa (3800)
A los pies de los grandes
Hoy la noche ha sido algo fria, he amamencido retorcido en mi saco de dormir agarradito al calor de las plumas que va soltando. Con la pereza tipica del que no quiere comprobar que fuera hace frio, he sacado un brazo para correr la cortina y comprobar que la niebla continuaba impidiendo observar el paisaje de alta montanya.
Pero no, el milagro se hizo, la niebla habia desaparecido y las montanyas lucian sus miles de metros de altitud con toda claridad. El dia despejado era el regalo que todos esperabamos, asi que despues de salir del saco y abrigarme, he salido a encontrarme con el resto de la expedicion. He visto la falda del Lantang cubierta por un imponente glaciar asi como otras montanyas que ayer nisiquiera intuia. El panorama y el desayuno han sido la mejor energia para arrancar a recorrer los 400 metros de desnivel que nos separaban del campo base. Durante el camino hemos cruzado algunos pueblos tibetanos del nepal, presididos por unas montanyas de piedras grabadas a base de cincel con la plegaria budista ‘o mani padme hum’‘ que llevan acomulando desde hace cientos de anyos. Entre pueblo y pueblo el camino mostraba colosos nevados que no he parado de fotografiar. Tambien ha caido algun yak.
Hemos comido en el campo base, y al ver que la niebla volvia a bajar con rapidez hemos decidido salir inmediatamente de vuelta, pero la lluvia nos ha sorprendido a mitad del camino y hemos llegado a nuestro refugio completamente empapados.
Y desde este refugio os escribo hoy, mirando por la ventana del comedor la lluvia que cae sin cesar y como la niebla se espesa por momentos. Mientras la estufa caliente aqui seguiremos, pasando la tarde de la mejor manera posible mientras se hace la hora de dormir.
Hoy me despido con la sensacion de grandeza que me han transmitido montanyas de mas de 6.000 metros de altitud, con la impresion que me causan las gentes que habitan estas montanyas inospitas, y con el cansancio del cuerpo que hoy has superado un limite de esfuerzo al llegar a los 3800 metros por propio pie. Dentro de unos dias ascenderemos un paso de montanya a 4700 metros sobre el nivel del mar, marca que pulverizara todos mis records y donde exprimire hasta las ultimas gotas la energia de mi cuerpo.
Manyana dia de bajada, alivio por dar esquinazo por un rato a las pronunciadas pendientes y preocupacion por el castigo que suponen las bajadas para las rodillas (el fantasma del menisco travieso alarga su sombra en el camino de manyana).
Namaste !
Dia 5: Goratabela (3000 m.)- Thulo Shyapru (2210 m.)
Dia de transicion
Hoy no tengo mucho que contar sobre el camino, simplemente hemos desandado los pasos dados en dos dias de ascension. El paisaje ha sido el mismo que los ulitmos dias pero con la sensacion de rebobinado. Las lluvias de ayer han arrasado con el camino y nos ha complicado mucho el trayecto. Continuos desprendimientos que obligan a reptar cual culebrilla para poder pasar al otro lado. Unos 5 horas de bajada ininterrumpida hasta el lugar donde hemos comido. Alli hemos esperado a Evangeline y Carlos, que se han retrasado porque ella no se encuentra bien. Esperando he tenido la inmensa suerte de disfrutar de unos minutos de sol y cielo azul. Desde que he llegado a Asia el cielo esta casi siempre cubierto, el monzon es implacable. En la montanya es simplemente inimaginable un dia (o medio) con sol. Asi que he cogido una silla , la he orientado a pleno sol, me he sentado y he cerrado los ojos. La sensacion del calor en mi piel me ha transportado inmediatamente al Mediterraneo, a su cielo azul, a su verano luminoso, a sus terracitas y sus cervecitas con sus tapitas y sus charlas despreocupadas. Por un momento he deseado estar alli, viajar en el espacio y en el tiempo, abrir los ojos y estar charlando en la Barceloneta con unas bravas delante. Hay sido un momento tan magico como efimero (y aun no conocia las repercusiones que iba a tener este oscuro deseo). He vuelto a abrir los ojos y ante mi inmensas montanyas de un verde intenso, y en una de sus cumbres el plueblecito dese donde os escribo, Thulo Shyapru, nuestro destino de hoy. Solo empezar la castigadora ascension ha empezado a llover, aunque de poco importaba ya que desde el primer minuto de hoy los calcetines, botas y pies ya estaban empapados. Te enfundas el impermeable para proteger lo poco que queda de seco en tus ropas y cuerpo, que es bien poco. El unico detalle que ha roto el pulso psicologico y fisico con las rampas ha sido el encuentro del puento colgante mas alto de la region, de autentico vertigo. Es curioso pero yo no tengo ni pizca de vertigo, y no es el primero que cruzo, los cruzo sin pestanyear. Esta sensacion contrasta mucho con la que me embarga cuando subo a un avion. No entiendo la diferencia.
Los ultimos pasos han sido presididos por unas rampas terribles que han acabado con mis ultimas fuerzas. Exhausto, ya en el refugio, me he sentado para quitarme las botas y los calcetines y cual ha sido mi sorpresa cuando he descubierto que tenia mis pies repletos de sanguijuelas. Estaban gordas y hermosas a costa de mi sangre. Me las he arrancado como he podido, me ha sorprendiod como se agarran a tu carne con las poderosas ventosas que tienen, momento en el que ha empezado la sangria. Porque me han hecho unos boquetes importantes. Han pasado mas de dos horas y todavia siguen sangrando. Ahora ya se que son estos ‘animalillos y de lo que son capaces’. Hoy me han realizado una transfusion involuntaria y no consentida. Si siguen a este ritmo me dejan seco !. Espero que manyana, una de las etapas reinas del trekking, con una ascension de mas de 1000 metros de desnivel, vayamos dejando atras la selva y a los dichosos bichos chupasangre.
Hoy dormimos a poco mas de 2000 metros. En el horizonte los 4700 metros del paso de montanya que alcanzaremos en un par de dias. Etapas rompepiernas (nunca mejor dicho) con destino a las puertas del cielo.
En mi leccion de nepali al calor de la estufa hoy he aprendido a decir buenas noches, asi que surabatri a todos y todas.
Dia 6: Thulo Syafru (2400) – Chandanbari (3400)
Etapa durilla de verdad, ascension terrible de mas de 1000 metros de desnivel. El cansancio se empieza a notar, los humores a resentir. Hoy es el sexto dia de caminata y manyana tenemos el mas duro de toda la ruta, superando los 4500 metros de altitud. Hoy ya he notado el mal de altura en forma de dolor de cabeza. El agotamiento empieza a ser profundo, el tiempo no acompanya, la lluvia no da tregua, el frio es cada vez menos soportable y las sanguijuelas no descansan. Asi que hoy hemos decidido acabar la ascension a un ritmo suave para evitar los sintomas de la falta de oxigeno (dolor de cabeza, mareos, vomitos) y apretar el acelerador en la bajada, reduciendo asi dos dias la duracion del trekking. Las condiciones meteorologicas estan endureciendo sobremanera la caminata, y lo que teniamos que ver en la bajada que viene ya lo hemos visto en la subida, aunque sea en la cara opuesta de la montanya. Asi que si todo va bien (jeje) en unos cuatro dias estaremos de vuelta en Kathmandu. Y la verdad es que, aunque la experiencia esta siendo muy intensa, el hecho de llegar cada dia empapados y llenos de bichitos chupasangre, hacen que las ganas de volver a pisar el asfalto se acusen al final de cada dia.
Hoy no tengo mucha cosa especial que explicar sobre la ruta, tan solo que hemos dejado de ver montanyas de mas de 6000 metros por culpa de las nuves.
Dia 7: Chandanbari (3400) – Gaisakund (4400)
Rozando las nuves
Ayer el cansancio fue tal que antes de las 8 ya estaba en la cama, durmiendo profundamente. El cansancio acomulado sumado al intenso frio hizo que el cuerpo adoptara la posicion de letargo. La altitud hizo el resto. Asi que esta manayana, a las 5 ya estaba en pie, con las energias recuperadas. El dia ha nacido amenzando con lluvia, con la curiosa sensacion de ver flotar las nuves bajo tus pies. Despies de los estiramientos y el desayuno hemos empezado la caminata. El primer tramo ha sido suave y me las he prometido muy felices. Ascendiamos poco a poco a poco y no sentia ningun sintoma del mal de altura. Pero las primeras rampas han llegado, la respiracion a empezado a acelerarse considerablemente y el oxigeno a escasear. A 4000 metros de altitud el oxigeno disponible tan solo representa el 50% del habitual. La respiracion se acelera buscando el preciado H2O, el corazon empieza a bombear violentamente, sientes un tamborilleo en la sien y un dolor de cabeza intenso. Pierdes algo la capacidad de coordinar tus miembros y caminas como un pato. La niebla, la lluvia y el frio hacen que camines mirando al suelo y cada vez que levantas la mirada, como si se tratara de un acto reflejo, la vuelves a agachar al intuir las pendientes que te quedan por delante. Superados los 4000 la sensacion de asfixia se acusa, las paradas para arrancar del aire el poco oxigeno que encuentras se multiplican. El aliento es cada vez mas dificil de recuperar y aparecen los mareos. Te impulsa la firme voluntad de llegar al calor de una estufa y de regalarle a tu cuerpo algo caliente. En los ultimos pasos dados he tenido la sensacion de estar caminando sin grabedad. Tan solo tenia fuerzas para agarrarme a la imagen de un cartel que indicaba Hotel Tibet (4380 metros.) Ese era mi destino y a el me he agarrado como a un clavo ardiendo.
Una vez sentado al calor de la estufa y rodeados de gentes del lugar, he experimentado algo asi como un extasis intenso, no se si debido a la falta de oxigeno, debido al esfuerzo realizado, o por ambos motivos. La alegria y la sensacion de felicidad ha sido infinita, un estado de plenitud total. Poco a poco he ido recuperando el equilibrio y tocando realidad. Un te bien caliente ha hecho el resto. Con cuerpo y mente tonificados hemos comido el tipico Dalbath, la montanya de arroz con verduras.
Las gentes del lugar nos han explicado que en cinco dias se celebrara aqui mismo un gran festival hindu que conmemora que Shiva salvo al mundo de la destruccion bebiendo agua del Gosaikund, lago que da nombre a la pequenya aldea. Esperan peregrinos del Nepal, India y China, y lo estan preparando todo para acoger la ingente comitiva. Asi que el ambiente que vivimos es prefestivo y es un lujo poder disfrutar de el. Es de admirar el espiritu de este pueblo que vive a mas de 4000 metros de altitud y que tiene la tienda mas cercana a dias de camino. Cualquier cosa que para nosotros no supone el mas minimo esfuerzo, como por ejemplo comer una chocolatina, aqui lleva implicito el valor anyadido de dos dias de dura caminata. Consiguen electricidad de placas solares, si el sol se digna a aparecer, para unas pocas horas al dia. Viven de lo que les da la tierra (patatas y alguna especie de semilla con la que hacen sopa) y lo que da el Yak y su mujer (leche, carne y algo de queso). Todo lo demas lo suben a la espalda desde pueblos menos elevados, incluso el arroz, dieta basica de este pueblo y que solo se cultiva en la rivera de los rios.
Y es de suponer que es por estas duras condiciones de vida que viven la celebracion de Shiva con tanto furor, pues no solo les proporciona contacto con otras gentes y algo de vidilla, sino que les supone un ingreso economico importante y que a buen seguro les permitira vivir el resto del anyo con alguna que otra preocupacion menos.
A veces pienso en una mujer embarazada o en una persona enferma, sabiendo que el hospital mas cercano se encuentra a mas de un dia de camino, y se me pone la piel de gallina a la vez que siento una tremenda admiracion por la fuerza de estas gentes que siempre sonrien y parecen felices compartiendo una conversacion al calor de una estufa. Gentes amigables y agradables que me estan dejando un buen sabor de boca. Con Carlos estoy aprendiendo algo de nepali y cuando me lanzo a dar las gracias o a soltar algun monosilabo me lo agradecen con una sonrisa. Creo que me estoy ganando el respeto de las madres nepalis desde que soy capaz de comerme dos montanyas de arroz con verduras, y no tan solo repetir sino ademos echarle picante. Ayer la cocinera de la casa me otorgo el honroso privilegio de comer como un hombre nepali, todo un orgullo.
Ahora esperamos a que amaine la lluvia para salir a caminar sin mochila alrededor del lago para visitar el templo de Shiva, donde se celebraran los rituales. El resto del dia lo dedicaremos a descansar y a vivir al ritmo de los 4400, que es vistari, vistari, como dicen por aqui (despacio, despacio). Manyana tan solo nos quedan unos 300 metros de ascension para alcanzar la cumbre de este trekking, el paso de Lauribinayak, a 4700 metros. Despues ya todo sera descenso hasta llegar a Kathmandu.
Hoy me siento contento, feliz y satisfecho por haber llegado aqui por propio pie y arrastrando la pesada mochila. Todo el sufrimiento de estos dias ha merecido la pena por estar aqui y vivir esta sensacion. El premio para cualquier viajero, la satisfaccion por el camino recorrido, el esfuerzo realizado y la sensacion de sentirse participe, aunque solo sea por un momento, de la vida de un pueblo tan lejano como extranyo. Hoy me despido asi, con el elixir del viaje total en el alma, con la plenitud que se experimenta cuando el viaje interior y el viaje exterior convergen en el mismo punto, la esencia de la busqueda, la recompensa del buscador, del que arriesga, del aventurero.
Subaratri.
Dia 8: Goisankund (4400) – Therapati (3200)
La cumbre
La noche de ayer fue terrible. Desde el duro invierno de Bosnia que no recordaba un frio tan intenso. He dormido enfundado en el saco y aplastado por dos mantas bien gordas, y aun asi tenia frio. Y no solo el frio ha marcado el devenir de la noche, tambien la falta de oxigeno se ha hecho bien presente. Me he despertado inumerables veces con la sensacion de que me estaba asfixiando, abriendo la boca como un pez fuera del agua y inhalando todo el aire que podia. Parecia el juego del tragabolas, yo era un hipopotamo y el oxigeno las bolas. De verdad que ha sido toda una nueva experiencia.
Asi que despues de una noche asi me he despertado con el cuerpo un poco malito, pero una torta con mermelada y un te bien caliente me lo han puesto en su sitio. Nos hemos despedido del lago sagrado y hemos encarado el ultimo tramo de ascension al paso de Lauribinayak, el punto mas alto del trekking. Y despues de una hora y media de esfuerzo titanico lo hemos conseguido, hemos coronado el paso. Me he puesto muy contento, la alegria ha sido tremenda, por primera vez subia por propio pie a una altura semejante. Lastima de la lluvia, la niebla y el frio, pues no hemos podido estar mas de cinco minutos alli, tiemo suficiente para hacer las fotos de rigor y salir pitando.
Despues de un rato de descenso, la alegria ha ido desapareciendo paso a paso. Ha sido un descenso largo, complicado y resbaladizo, por una zona de rocas totalmente mojadas que de tanto en tanto daban algun susto en forma de resbalon. Ha sido un recorrido para olvidar, el dia feo del trekking. Despues de coronar el puerto la ruta se puede resumir en agua, niebla, pies empapados, rios desbordados, un sube y baja constante y rompepiernas, y en cuanto hemos alcanzado el bosque han aparecido las temidas sanguijuelas. Nueve horas totales que han tenido como desenlace la llegada al refugio calados hasta los huesos, decepcionados con el dia y la niebla que no nos ha permitido ver absolutamente nada, ademas de la coleccion de chupasangre en las botas. La anecdota del dia ha sucedido cuando hemos encontrado unos extranyos y grandes trozos de metal clavados en el suelo. Nos han explicado que eran los restos de un avion que se estrello en 1992 con practicamente 200 pasajeros a bordo. Si el dia estaba siendo feo, la anecdota le ha puesto el toque macabro.
Pero como siempre la montanya es imprevisible y hace unos momentos ha dejado de llover, la niebla ha levantado y nos ha ofrecido unas estupendas vistas de gigantes nevados y nueves de algodon. Es como si la montanya hubiera intuido y ha decidido regalarnos este final de dia que aporte energias para afrontar el penultimo dia de caminata, ocho horas mas de trekking que espero empiecen como acaba hoy el dia, con optimismo meteorologico. Otro dia de lluvia, niebla y sanguijuelas seria rompedor.
Me quedo hoy con la sensacion del calor que surge de la estufa del lenya que tengo enfrente, la conversación initeligible de los nepalis que la rodean y el agradecimiento del cuerpo por la tregua entre esfuerzo y esfuerzo.
Continuara……………….